ABUNDANCIA

Todo lo que se pide al Universo o a la Energía Universal se nos llega.
Ya que el Universo es abundante y existe un gran almacén. Donde hay todas las cosas que necesitamos, tanto materiales como espirituales. Y la abundancia llega siempre.
Ademas todo lo que piensas lo puedes crear. Si utilizas tu poder de la mente inconsciente puedes llegar a crear cosas maravillosas.
Pero has de pensar una cosa, los tiempos del Universo no son los mismos tiempos de la tierra y siempre las cosas te llegaran cuando estés preparado, no antes.
Así como también tienes que tener cuidado con lo que pides.  Pues tanto tus pensamientos y sentimientos pueden desear una cosa determinada y una vez que llegue puede llegar con toda una serie de consecuencias que tu no habías dispuesto. Todo y con eso lo que llega y de la manera que llega siempre es para evolucionar si estas agradecid@ por lo que llega y de la manera que llega tu evolución sera mucho mayor.
Ademas también debemos empezar a valorar lo que tenemos, pues si nos damos cuenta el Universo ya se encarga de que tengamos abundancia.
CUENTO DE LA ABUNDANCIA
El universo tomó forma de mendigo y bajó al pueblo, buscó la casa de un zapatero y le dijo:
“Hermano, soy muy pobre, no tengo una sola moneda en la bolsa y éstas son mis únicas sandalias, están rotas, si tú me haces el favor.”
El zapatero le dijo,
“Estoy cansado de que todos vengan a pedir y nadie a dar. “
El mendigo le dijo,
“Yo puedo darte lo que tú necesitas.”
El zapatero desconfiado viendo un mendigo le preguntó.
“¿Tú podrías darme el millón de euros que necesito para ser feliz?”
El mendigo le dijo:
“Yo puedo darte diez veces más que eso, pero a cambio de algo.”
El zapatero preguntó
“¿A cambió de qué?”
“A cambio de tus piernas.”
El zapatero respondió
“Para qué quiero diez millones de euros si no puedo caminar.”
Entonces el mendigo le dijo,
“Bueno, puedo darte cien millones a cambio de tus brazos.”
El zapatero respondió
“¿para qué quiero yo cien millones si ni siquiera puedo comer solo?”
 Entonces el mendigo le dijo,
“Bueno, puedo darte mil millones a cambio de tus ojos.”
El zapatero pensó poco
“¿para qué quiero mil millones si no voy a poder ver a mi mujer, a mis hijos, a mis amigos?”
Entonces el universo le dijo:
“¡Ah, hermano! Qué fortuna tienes y no te das cuenta.”

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